¿Cómo es posible que las personas comiencen por las conclusiones? Alguien me dijo que no le gusta la filosofía porque no le vas a convencer a ella y tampoco te va a convencer ella a ti; por lo tanto, discutirlo es inútil.
Otra persona me preguntó por qué quería yo ir a China y a Japón para estudiar por qué la gente practica las artes marciales. Él creía que yo ya sé por qué lo hacen. Pero, la diferencia entre creer saber la respuesta y en realidad saberlo es bien grande.
La moraleja del cuento parece ser, no empieces por las conclusiones. Si ya crees saber la respuesta, entonces no vas a quierer escuchar lo que otros opinan. Pero, si empiezas sin hipótesis y sin ideas concretas en cuanto a la respuesta, te puedes dejar sorprender.
Parece ser el mensaje del viejo cuento del maestro de Zen que sigue echando té a una copa que ya está llena.